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¿Por qué posponemos las cosas? Cómo vencer la procrastinación

La procrastinación es un fenómeno común que afecta a muchas personas en diferentes áreas de la vida. Aunque posponer tareas a corto plazo puede parecer inofensivo, puede convertirse en un hábito que afecta nuestra productividad y bienestar emocional a largo plazo. En este artículo, exploramos las causas subyacentes de la procrastinación y ofrecemos estrategias para superarla.

¿Porqué procastinamos?
  1. Temor al fracaso y a la evaluación negativa: Las personas que temen que su desempeño sea juzgado como inadecuado tienden a evitar tareas que podrían ponerlos en una situación de vulnerabilidad. Este miedo, según la psicóloga Piers Steel, se convierte en un desencadenante de la procrastinación, ya que preferimos evitar el malestar inmediato de enfrentarnos a nuestros miedos.
  2. Falta de claridad en los objetivos: Cuando no tenemos un objetivo claro, es más difícil encontrar motivación para trabajar en una tarea. Un estudio de Steel también señala que, cuando una tarea carece de estructura, es más fácil procrastinar porque el camino hacia su finalización se vuelve confuso o abrumador.
  3. Búsqueda de satisfacción instantánea: La procrastinación puede estar relacionada con el deseo de obtener satisfacción inmediata. Las personas pueden posponer tareas importantes en favor de actividades más placenteras en el corto plazo, lo cual, aunque es gratificante momentáneamente, perpetúa la postergación.
  4. Perfeccionismo: El deseo de realizar una tarea de manera perfecta puede desencadenar una procrastinación paradójica. Este fenómeno se debe a que las personas posponen el trabajo hasta que “se sientan listas” para completarlo sin errores, lo que rara vez sucede.

Estrategias para Vencer la Procrastinación

  1. Dividir la tarea en pasos pequeños: El “efecto Zeigarnik” sugiere que una vez que empezamos algo, tendemos a querer terminarlo. Puedes aprovechar este efecto dividiendo grandes tareas en pequeños pasos, permitiéndote iniciar sin sentirte abrumado.

  2. Técnica Pomodoro: Este método consiste en trabajar durante 25 minutos concentradamente y luego tomar un breve descanso de 5 minutos. Al dividir el tiempo de trabajo en intervalos manejables, ayuda a reducir la carga emocional que puede tener una tarea.

3. Establecer objetivos claros y alcanzables: Es útil desglosar metas en pasos concretos y realistas para reducir la ansiedad de tareas complejas. Al trabajar con metas a corto plazo, es más fácil ver avances, lo cual motiva a continuar.

4. Crear un entorno sin distracciones: Eliminar estímulos que puedan desviarte de tu tarea es esencial. Al minimizar el uso de redes sociales o silenciar notificaciones, puedes reducir las interrupciones y mantener el enfoque.

5. Practicar la autocompasión: Ser comprensivo contigo mismo puede disminuir la procrastinación. Un estudio de Sirois demostró que las personas que practican la autocompasión tienden a procrastinar menos, ya que evitan la autocrítica severa y se enfocan en avanzar, incluso si se equivocan.

La procrastinación es un comportamiento común que tiene sus raíces en el manejo de las emociones y la autopercepción. Superarla implica desarrollar una mayor conciencia sobre nuestras respuestas emocionales y aplicar técnicas prácticas que faciliten el cumplimiento de tareas.

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